Por Rafael Serralta Vilaplana, alcalde de Ibi
Los primeros valientes venidos de Tomelloso a la localidad de Ibi lo hicieron a mediados de los años 50. Pasados tantos años, calculamos que la colonia de tomelloseros y tomelloseras asciende a unas 5.000 personas. Desde este punto de España y desde otras poblaciones de Castilla la Macha y otras comunidades como Andalucía o Extremadura, han escrito nuestra historia junto a la población ibense que les recibió sabiendo que venían para hacer prosperar un pueblo que pasó en poco más de 30 años de 4.000 a 20.000 habitantes. Recuperar estos datos nos hace reflexionar de la evolución tan asombrosa de Ibi, cuna del helado y del juguete, que multiplicó los lazos afectivos con localidades como Tomelloso, con quienes hemos compartido los primeros encuentros para formalizar el hermanamiento entre ambas poblaciones como no podía ser de otra manera.
Lo vivido durante el fin de semana pasado aun nos tiene emocionados y agradecidos por haber compartido con nuestro pueblo hermano, Tomelloso, parte de nuestras tradiciones y por haber sellado con los actos llevados a cabo el hermanamiento que refuerza unos lazos que existen desde hace mucho tiempo pero que con este primer paso se han formalizado sobre el papel.
El esfuerzo realizado no pesa en absoluto si lo comparamos con la generosidad de los tomelloseros y tomelloseras que nos arroparon en todo momento, encabezados por su Alcaldesa, Inmaculada Jiménez y su equipo, quienes nos recibieron calurosamente.
Estamos seguros de que para todas las personas desplazadas desde Ibi, 9 autobuses y todas aquellas que lo hicieron en sus vehículos particulares ha sido una experiencia preciosa. Casi 400 personas tomaron las calles de Tomelloso para escenificar nuestras fiestas de Moros y Cristianos. Agradecemos a las escuadras del Bando Cristiano y Moro, a sus presidentes de comparsa; así como a las abanderadas, capitán, ballet y decenas de músicos, por haber llevado su pasión y buen hacer hasta tierras manchegas. El numeroso público asistente también disfrutó intensamente, como los más de 1.000 ibenses que durante unas horas vivieron la Feria y Fiestas mayores de Tomelloso.
Como dejé constancia en el libro de honor en la recepción organizada, entre ambas poblaciones existen similitudes como el amor a la tradición, a la innovación y el respeto al futuro de ambos pueblos. No solo es justo, sino también necesario este hermanamiento que completaremos a principios del mes de octubre desde nuestra población. Recibir las llaves de la ciudad de Tomelloso de la mano de Inmaculada Jiménez ha sido un honor y simboliza el cariño y la admiración mutua entre dos pueblos hermanos.