Usuarios de los bailes para jubilados que se celebran los sábados por la noche en la fábrica Rico consideran que el salón no reúne las condiciones de seguridad necesarias y exigen al Ayuntamiento que efectúe las mejoras oportunos.
Se quejan de que al no existir extractores de humo el ambiente se vuelve irrespirable al cabo de unas horas por la actividad del bar que hay en el local. Esta circunstancia, al parecer, fue especialmente molesta en el último baile cuando “se instaló una nube de humo que podía verse con claridad y que impedía casi respirar, sobre todo a las personas que padecen alguna dolencia”, según han señalado a Escaparate algunos jubilados.
Exigen, igualmente, que se acondicione el local, situado en la segunda planta de la antigua fábrica Rico, con salidas de emergencia porque “aunque hay un ascensor, todo el mundo sabe que no es conveniente usarlo en caso de que exista algún problema”, añaden.
Ante esta denuncia pública, la concejal de Servicios Sociales, Sara Díaz, explica que viene trabajando desde el inicio de esta legislatura para encontrar un nuevo local donde puedan celebrarse estas noches de baile “porque ellos saben que no pueden estar allí ni tampoco puede haber un servicio de bar”. Esta última es una actividad privada que carece de licencia. El Ayuntamiento cede las instalaciones y sufraga, además, los gastos de la música.
La edil ha mantenido varios encuentros con el colectivo de jubilados para exponerles la situación “pero muestran su resistencia a abandonar la fábrica Rico”. Una de las primeras medidas que se adoptó para prevenir incidentes fue reducir los días de baile, convocándose ahora cada quince días, en vez de todas las semanas.
Sara Díaz indica que una de las alternativas que se baraja es organizar estos bailes en el Hogar del Pensionista, aunque sigue trabajando para encontrar el lugar idóneo.
Las noches de bailes para personas mayores comenzaron a realizarse en la planta baja del antiguo edificio de oficinas de la fábrica Rico, cubierto ahora por un gran mosaico de dados de colores, que acogerá parte del proyecto de la Casa de los Reyes Magos.
En diciembre de 2010 volvió a retomarse esta actividad, organizada por la anterior concejal Pilar Ortega, y que se incluye en la programación anual de la tercera edad de la concejalía de Servicios Sociales.
El Ayuntamiento habilitó la segunda planta de la rehabilitada fábrica para estos bailes, decorándola y colocando una barra de bar a disposición de los asistentes.
Lea el Editorial de Escaparate sobre esta noticia: Aquí no hay quien baile.