El alcalde de Tibi se desvincula de la Peregrinación de Nostre Senyor Robat tras 19 años de colaboración municipal
El alcalde de Tibi, Juan José Ballester (PP), ha decidido dejar de apoyar un evento que en esta última edición ha cumplido 19 años. Esta postura ha pillado por sorpresa a la organización de la Peregrinación de Nostre Senyor Robat, compuesta actualmente por el Ayuntamiento de Onil y el periódico Escaparate, que en esta edición tendrán que asumir el coste del desayuno que se ofrece a todos los participantes en Tibi (240 euros más IVA), previo al inicio de la Peregrinación.
El popular Juan José Ballester ha afirmado taxativamente que sea “el Ayuntamiento de Onil el que asuma su romería que nosotros tenernos la nuestra”.
Esta negativa no es nueva. Desde que Ballester asumió la Alcaldía hace ahora siete años, el equipo de gobierno del Partido Popular ha ido rebajando la aportación económica que ha tenido que ir asumiendo la propia organización. Incluso en 2012 se tuvo que preparar el chocolate en Onil ya que ese año también se negaron a organizarlo en Tibi.
En el caso de los peregrinos tiberos que inician el trayecto, es la propia organización la que se encarga de devolverlos hasta Tibi una vez finalizan la romería en Onil, sin que esto suponga un coste para el Ayuntamiento de Tibi desde que alcalde popular asumiera la Alcaldía.
Desde que en 1999 arrancara la Peregrinación de Nostre Senyor Robat han sido miles las personas que han querido participar en una actividad que une religiosidad, ocio y convivencia cruzando de este a oeste la Foia de Castalla.
La romería tiene como objetivo recuperar un hecho que marcó la vida de los habitantes de Onil y de Tibi en el año 1875.
Este evento ha sido apoyado en los primeros años, no solo por los ayuntamientos de Onil y Tibi, sino que también Castalla e Ibi se unieron para colaborar con esta actividad que en pocas ediciones se consolidó como una cita multitudinaria en el calendario de tradiciones en la comarca.
Como se sabe, los peregrinos que participan en la romería llegan desde Onil hasta la localidad tibera en autobús y, una vez allí, se ofrece una chocolatada con toñas artesanas y la bendición del cura párroco justo antes de iniciar la romería que transcurre por lugares singulares de la Foia de Castalla.