No te digo que me lo superes, iguálamelo
En algunas manifestaciones izquierdosas, en ocasiones se ha escuchado corear “PSOE, PP, la misma m. es…” En un recuento histórico de casos de corrupción, la verdad es que ambos partidos destacan con claridad sobre el resto en este dudoso honor del mangoneo. También se podría objetar que eso se debe a que realmente son los que han tocado poder. Y sustentaría esa idea que también han “brillado” en estas lides los de CiU, que igualmente manejaron el cotarro en Cataluña. Visto en perspectiva, empezó la cosa en los últimos tiempos del felipismo, con Aznar seguramente se tocó techo -quién no ha visto esa foto de su gabinete con casi todos los ministros salpicados de escándalos- y ahora están de actualidad varios socialistas, de nuevo. Además de todos los pufos pendientes del PP, gracias a esa ¿Justicia? Lamentable que se mueve a paso de tortuga con reductora.
Mal de muchos, consuelo de tontos, eso siempre. Está claro que el “y tú más” resulta un poco pobre, aunque los dos casos candentes de esta semana, me evocan el gracioso chascarrillo de José Mota con su deje manchego para pedir una vida de siesta: “A ver, Ábalos, no te digo que me lo superes, pero lo de Zaplana, iguálamelo…” Cuando los populares de Feijóo ya se frotaban las manos ensoñando con que el escándalo del ministro implicado presuntamente en las mangarrufas de su compañero Koldo iba a hacer caer el Gobierno, resulta que sale la condena a diez años de prisión del exministro y expresidente de la Generalitat Valenciana. Bueno, en realidad, tampoco se creían ellos que este caso judicial vaya a tumbar a Sánchez, porque un micrófono mal apagado ha revelado que en privado están ya resignados a que el presidente acabe la legislatura. Incluso han intentado una moción de censura nada menos que con los muchachos de Puigdemont, el mismísimo “demonio” siempre que no tengan sus votos, entonces ya volverán a hablar catalán en la intimidad.
En fin, que vaya espectáculo lamentable nos ofrecen los dos partidos mayoritarios, aún con algunos matices secundarios que los distinguen: a Abalos lo echaron los suyos en el minuto uno como a un apestado y a Barcenas le soplaron una indemnización “en diferido” con una palmadita en la espalda por SMS (“sé fuerte, Luis”). Por volumen, los ERE de Andalucía sumaron la mayor millonada, que se repartía entre pícaros anónimos, gente del pueblo igual de sinvengüenzas que quienes compraban sus votos, mientras que en el PP no suelen invitar a extraños a su “festín”, se quedan con todo en sobres o en cuentas bancarias en el extranjero. Nada menos que 25 millones tiene que pagar de multa Zaplana.
P. D. No sé si por casualidad o porque se publicó en esta columna la semana pasada, pero me cuentan que han limpiado de brozas algunas calles de Ibi. Un aplauso para el alcalde. Al César lo que es del César.