Este año, las Fiestas de Moros y Cristianos de Onil han combinado unos ingredientes que la han convertido en una de las más especiales de los últimos años. Al reciente nombramiento por parte del Consell como Fiestas de Interés Turístico Autonómico, se ha sumado el 175 aniversario del texto de la Embajada, la buena climatología y la desaparición total de las restricciones que durante los últimos tres años han sufrido las Fiestas de Moros y Cristianos debido a la pandemia.
Un cóctel que se ha sabido aprovechar para elevar el espectáculo festero en las calles de Onil todavía más si cabe.
Con el arranque de las fiestas las Hogueras, el Día de la Virgen, las Dansas y todos los actos festeros posteriores, el público ha disfrutado de la majestuosidad de los trajes, la música y la alegría que se respiraba en cada uno de los actos.
Así lo explicaba al periódico scaparate Jaume Berenguer, presidente de la Asociación de Comparsas Virgen de la Salud, que mostraba su satisfacción por coincidir en fin de semana los principales actos y por el numeroso público que vivió la Entrada el viernes 28 de abril. En este sentido, Berenguer subrayó una de las novedades de este año como ha sido la Arrancá de Bandes, donde las bandas de todas las comparsas se unieron para interpretar el himno de las Fiestas, momentos antes del inicio de la Entrada.
Por su parte, la edil de Fiestas, Marta Francés, destacó la ampliación a cuatro días de verbena popular con el objetivo de «venga toda la gente a disfrutar de nuestras fiestas».
La alcaldesa, Humi Guill, dio su reconocimiento a los festeros en general y de las Capitanías en particular, por «su espectacularidad y todo el trabajo hecho para llegar hasta aquí».