Con 16 años, Sofía García dejó España para embarcarse en una aventura educativa en Finlandia, donde estudia el bachillerato Internacional. Apasionada por la fotografía, la natación, el ciclismo y las manualidades, Sofía ha encontrado en Finlandia no solo un sistema educativo excelente, sino también un entorno para desarrollar sus hobbies. En esta entrevista, nos cuenta su adaptación al nuevo país, las diferencias culturales y educativas que ha observado, y cómo ha aprovechado esta oportunidad para crecer y descubrir nuevas facetas de sí misma.
¿Por qué motivo elegiste Finlandia para estudiar? ¿Desde cuándo estás en el país?
Desde pequeña decidí que iba a estudiar en el extranjero, así que cuando acabé la ESO me despedí de las croquetas y el jamón ibérico y me fui a la tierra de Santa Claus. Elegí Finlandia porque, aparte de ser uno de los países con mejor educación a nivel mundial, tenemos amigos allí y me dieron la oportunidad de vivir con ellos.
¿Cuál fue tu primera impresión al llegar a Finlandia? ¿Fue diferente a lo que esperabas?
La primera vez que fui fue en 2021 para conocer el lugar y saber dónde iba a vivir. Recibí una impresión muy positiva, el paisaje era precioso y el clima acompañaba, aunque era consciente de que en invierno la cosa se complicaría. Lo que me sorprendió fue que pensaba que en invierno lo iba a pasar muy mal, pero resultó no ser así. Al ir bien abrigada se pasa mejor, y en interior hace hasta calor a veces.
«Me despedí de las croquetas y el jamón ibérico y me fui a la tierra de Santa Claus»
¿Qué diferencias notaste entre el sistema educativo finlandés y el español?
A diferencia de España, en Finlandia los institutos no están vallados, lo que permite que si los alumnos tenemos horas libres podamos ir a estudiar a otro sitio o a comer fuera con los amigos. Hacen hincapié en la responsabilidad del propio alumno, dejan que nosotros decidamos qué hacemos con esas horas libres que tenemos.
Dentro de las aulas es más o menos como en España, solo que suelen tener más debate entre profesor y alumno, y se utilizan mucho los ordenadores, Finlandia está bastante digitalizada.
Lo que hay en los institutos en Finlandia que en España no lo he visto son clubs, hay clubs de debate, un club de simulacro del Parlamento Europeo, o clubs de entretenimiento como el de teatro o de lectura. En ellos, hacen competiciones a nivel nacional, o incluso viajes al extranjero para debatir con otros estudiantes.
Los de segundo año de instituto hacen un baile a mitad de curso, llamado “Wanhat”, son bailes antiguos. Todo el baile y la cena lo organizamos los estudiantes, tanto la decoración como reservar el lugar. Los de último año son los “Penkkis”, y sobre la misma fecha del baile se disfrazan y llevan a todos los estudiantes en camiones por toda la ciudad. El próximo febrero lo experimentaré, así que ya contaré cómo me va.
Hay diferencias claras, entiendo que serán porque Finlandia está alta en el ranking mundial, los alumnos se involucran más en las clases y se hacen preguntas sobre lo que les rodea.
«El sistema educativo de Finlandia está entre los mejores del ranking mundial; los alumnos se involucran más en las clases»
¿Cuáles fueron los mayores desafíos a los que te enfrentaste al adaptarte a la vida en Finlandia?
El primer desafío fue el vivir lejos de mi familia. Cuando me fui tenía 16 años y el máximo tiempo que había estado lejos de mis padres había sido un mes. Es verdad que hacíamos video llamadas todos los días, pero no es lo mismo.
Otra cosa que se me complicó fue la comida. A mí me encanta comer, pero al vivir un año fuera de España empecé a apreciar lo bien que se come aquí. Ni mucho menos estoy diciendo que se coma mal en Finlandia, pero es muy diferente.
¿Podrías describir un día típico como estudiante en Finlandia?
Mis días son bastante tranquilos. Las clases empiezan a las 8:15 horas y terminan a las 15:45 horas por regla general, aunque el horario varía cada día. Al llegar a casa como algo y si tengo algún examen o algún trabajo que hacer lo hago, sino entreno o simplemente me relajo en casa. Los días que hace buen tiempo, o si es invierno y puedes andar 30 minutos sin quedarte pajarito, a veces me voy a pasear por la naturaleza.
«A la hora de encontrar trabajo, si no hablas finés se te puede complicar la cosa, pero no es imposible»
¿Cómo manejaste la barrera del idioma? ¿Aprendiste algo de finlandés?
El idioma no es un gran obstáculo para mí. Casi todo el mundo habla inglés en Finlandia, y yo, al estudiar en inglés desde hace años en un colegio bilingüe, lo controlo bien. Tuve clases de finés el primer año, pero era demasiado complicado y el segundo me lo dejé. Y sí, después de dos años soy capaz de leer algunos ingredientes en la comida del supermercado, lo cual para mí es un gran avance. Sí que es verdad que, a la hora de encontrar trabajo, si no hablas finés se te puede complicar la cosa, pero no es imposible.
¿Qué aspectos de la cultura finlandesa encontraste más interesantes? ¿Hubo algo qué te sorprendiera especialmente?
Me pareció bastante curioso que Finlandia se considere el país más feliz del mundo, porque cuando estas allí ves a la gente muy seria, son muy fríos, casi no se comunican entre ellos por las calles. A pesar de esto, yo creo que son felices, respetando el espacio individual de cada uno, en silencio por las calles, en el metro o bus sentándose separados los unos de los otros. También son muy deportistas, cuando no están entrenando están en la sauna, si no tienen sauna privada en casa la tienen comunitaria en el edificio, pero siempre necesitan tener una sauna cerca.
«Los fineses, por cultura, siempre necesitan tener una sauna cerca»
¿Qué lugares de Finlandia tuviste la oportunidad de visitar durante tu estancia?
Durante los dos años que llevo allí, he visitado un par de islas de Helsinki, algunas zonas de la ciudad donde vivo, la cual es bastante grande. Las primeras Navidades fuimos a Turku, la antigua capital de Finlandia. Y durante las vacaciones que he tenido a mediados de curso hemos ido a cabañas perdidas en los bosques, es lo que más me gusta de Finlandia, la naturaleza que tiene y la cantidad de casas de madera que hay en medio de la nada, rodeadas de lagos. Una de estas casitas que fuimos está en un parque nacional, Nuuksio.
¿Recomendarías a otros estudiantes que consideraran estudiar en Finlandia? ¿Ha influido positivamente en tu etapa estudiantil?
Absolutamente sí, recomiendo a todo aquel que pueda que estudie fuera, no necesariamente en Finlandia, pero salir de tu zona de confort ayuda mucho a abrir la mente, conocer gente y culturas diferentes. A mí me ha ayudado positivamente en todos los aspectos, a nivel académico me ha permitido descubrir mis puntos fuertes y los no tan fuertes, he hecho trabajos y proyectos que antes no había hecho y me han permitido desarrollar mis habilidades a otro nivel. Y, sobre todo, al salir de tu país aprecias mucho lo que tienes, lo que has dejado atrás.