La moción que presentó el partido de ultraderecha en el pleno municipal de octubre inflamó los ánimos del resto de concejales de la corporación, quienes en la réplica no ahorraron en calificativos al considerar que las propuestas de Vox eran “una vergüenza”, un “despropósito racista” y un “decálogo fascista”.
Bajo el título, ‘moción para el traslado y acogida de inmigrantes ilegales fuera de España’, su portavoz Lourdes Masegosa aseguró que “España, al igual que el resto de Europa, está sufriendo una invasión inmigratoria sin precedentes que está poniendo en grave riesgo su futuro, con consecuencias nefastas para la convivencia, la seguridad y la prosperidad de todos los españoles” y culpó tanto al PSOE como al PP de la llegada masiva de inmigrantes ilegales, “alentada y subvencionada directamente por los gobiernos de uno y otro signo”.
Masegosa culpó de complicidad a las oenegés y mafias del tráfico de personas y afirmó que el multiculturalismo trae consigo “apuñalamientos, machetazos, así como un mayor número de ataques violentos y agresiones sexuales”.
Por estas y otras razones, la edil de Vox exigió “la inmediata expulsión de todos los inmigrantes ilegales que se encuentren en el término municipal; rechazar la apertura de cualquier tipo de centro de acogida de inmigrantes ilegales en nuestro municipio; impulsar la celebración de una consulta popular relativa al refuerzo de la seguridad ciudadana y promover las modificaciones legales necesarias a fin de evitar el fraude en el empadronamiento que permite a los inmigrantes ilegales poder acceder a beneficios y ayudas sociales”.
Los portavoces del resto de grupos se mostraron indignados por las afirmaciones hechas por Vox hasta el punto que la edil del PP, Maite Peñalver, afirmó que “me parece una auténtica vergüenza que tengamos que escuchar y leer esta serie de afirmaciones presentadas en una moción”.
Peñalver defendió a las oenegés porque “son cruciales, ya que gracias a su trabajo dan respuesta donde el Estado no llega desgraciadamente”, agradeciendo la labor que realizan las entidades sociales en el municipio y expresó el voto en contra de su grupo, afirmando que la moción “es un claro ejemplo de populismo demagógico que lejos de dar soluciones favorece la alarma social y la polarización”.
El edil de Som Ibi, Elio Verdú, la acusó de fomentar el “racismo y la discriminación”, recordándole con datos que la criminalidad cometida por inmigrantes en España es solo del 0’4% del total. Verdú consideró que las acusaciones vertidas por Vox contra las oenegés y contra el padrón municipal eran “gravísimas”, afirmando: “son ustedes muy malas personas”.
Desde el PSOE, también acusaron al grupo municipal de Vox de “racista, xenófobo, homófobo, machista” y le recordaron que es tan sencillo “como respetar los derechos humanos”.
La edil de Servicios Sociales, Montse Agulló, invitó a la portavoz de Vox a “darse una vuelta por Cáritas” para comprobar el trabajo que realizan y, tras acusarla de haber hecho de su intervención un “decálogo fascista”, le deseó que “nunca usted se vea en esa situación”.
El alcalde, Sergio Carrasco, cerró el debate afirmando que “Ibi no es racista; Ibi es multicultural; Ibi ha sido, es y será una tierra de acogida, le guste a usted y a su grupo o no; porque aquí siempre hemos acogido y acogeremos a la gente y respetaremos los derechos humanos”.
Por último, Carrasco rechazó la moción, calificándola como “una sarta de barbaridades”.