El Consorcio Provincial de Bomberos ha diseñado un juguete con el que pretende captar la atención de los menores, distraerlos y calmar sus nervios, durante los procesos de excarcelación, evacuación o rescate en una emergencia.
El juguete en cuestión es un peluche que representa a un perro pastor belga y que se ha desarrollado en colaboración con el Instituto Tecnológico de Producto Infantil y Ocio, AIJU, y la Fundación Crecer Jugando.
“Esta idea, en la que se ha estado trabajando en los últimos tres años, surge de la amplia experiencia de nuestros efectivos en este ámbito y con el fin de desviar la atención de los niños para minimizar, en la medida de los posible, el shock, el estrés o la ansiedad que les puede producir una situación de emergencia”, explicó el presidente de la Diputación, Toni Pérez, durante la presentación.
El acto contó también con la presencia del diputado de Emergencias, Francisco Cano, el inspector jefe del Consorcio Provincial, Pepe Rubio, y el coordinador del departamento de Investigación Infantil y Pedagogía de AIJU, Pablo Busó.
Para el diseño del peluche se han tenido en cuenta diversos factores como que fuera una figura atractiva, que tuviera una textura y un tamaño específicos que facilitasen el abrazo como elemento de expresión corporal de las emociones y que estuviera asociada a la labor que desempeñan los bomberos. “Por ello, y porque está relacionado con los canes de rescate que tenemos en nuestra unidad, hemos elegido este perro”, explicó Pepe Rubio, quien añadió que “además, hemos decidido vestirlo con nuestro uniforme para darle mayor identidad”.
La finalidad es que el juguete capte la atención de los niños y dirigirla hacia los bomberos. De este modo, los menores interactuarán más fácilmente con ellos, sobre todo en los casos en los que deban seguir alguna instrucción concreta para ponerse a salvo, evitar agravar su situación o poder ser rescatado.
Por su parte, Pablo Busó mostró su gratitud por haber formado parte de este proyecto pionero y destacó que “hemos trabajado en distintas fases y con diversas ideas y propuestas para conseguir el juguete más adecuado, teniendo en cuenta, por ejemplo, que el peluche transmitiera una alta carga afectiva o presentara la posibilidad de establecer una comunicación con él”.
El tipo de intervención en el que se empleará este peluche, del que ya se han fabricado 1.900 unidades, es muy diverso y abarca desde accidentes de tráfico hasta incendios o rescates.