La tormenta perfecta
Nada es nunca tan malo que no pueda empeorar. La crítica situación de colapso en el Ayuntamiento de Ibi replica este razonamiento en uno de los principios empíricos la Ley de Murphy. Llevamos varios meses de sobresalto en sobresalto y al cierre de edición de este periódico, toda la plantilla de funcionarios sigue pendiente del cobro de la nómina de octubre, una dramática circunstancia sumada a otras que ya conocemos: Clubs deportivos locales pendientes de tramitar las imprescindibles ayudas de 2023 que permiten su supervivencia, proveedores de Ibi y externos con decenas de facturas por abonar desde hace más de un año, entidades sociales al borde del cierre, sin olvidar el deterioro constante de servicios públicos esenciales como son la exigua plantilla de la Policía Local, el área de Servicios Sociales que sigue bloqueada por falta de personal, la protectora de animales, biblioteca, piscina municipal, etc, etc. A esto se añade el goteo incesante en la pérdida de subvenciones que afectan directamente a inversiones como la remodelación de la plaza de la Iglesia, la plaza de Bous, las ayudas a los polígonos industriales y la última ‘perlita’ que se ha conocido, la posibilidad de perder la ayuda para la construcción del geriátrico en Ibi. Una sucesión de acontecimientos que han surgido ahora, no por casualidad. Por mucho que algunos se esfuercen en culpabilizar de todo lo que ocurre en el Ayuntamiento de Ibi al nuevo equipo de gobierno, hay que ser honestos. Esta situación viene sobrevenida por vicios arrastrados del pasado que no se ha sabido o no se ha querido atajar.
Por acción u omisión, las consecuencias de una gestión heredada de determinados funcionarios, con nombres y apellidos, nos ha llevado a esta coyuntura inédita, casi trágica, en la vida pública de Ibi. Con este escenario, esta misma semana se ha convocado un pleno extraordinario de urgencia donde se han aprobado una serie de medidas que buscan cerrar, en la medida de lo posible, la sangría en la que se encuentra el Consistorio ibense. El acuerdo de un plan de choque acometido entre los sindicatos de los trabajadores y el equipo de gobierno tendrá como objetivo desatascar este conflicto prácticamente generalizado en todos los departamentos del Ayuntamiento.
Encontrar una solución definitiva a corto plazo a un problema tan complejo y con tantas aristas va a ser una empresa ardua que requerirá del esfuerzo de todos. Al actual equipo de gobierno ya le van quedando menos comodines para ‘externalizar’ responsabilidades más allá de la suya propia. Por el bien de todo un pueblo que no se merece esto, esperemos que esta solución llegue más pronto que tarde.